Sol y nieve, ¿cómo protegerte?

La protección solar en el entorno de sol y nieve es imprescindible

Sol y nieve, ¿cómo protegerte?

En los meses de invierno, a muchos nos gusta disfrutar de deportes donde la presencia de sol y nieve puede afectar a la piel. Las radiaciones ultravioleta (RUV) son la principal causa de daños solares como el fotoenvejecimiento o el cáncer de piel. Sin embargo, con una protección adecuada se puede prevenir estas consecuencias. Además, se recomienda tener una relación inteligente con el sol para aprovechar los beneficios que aporta.

No obstante, en invierno también podemos sufrir los efectos negativos de las RUV. La presencia simultánea de sol y nieve, por ejemplo, es un entorno que aumenta el riesgo de sufrir quemaduras solares. Es cierto que en los meses más fríos la posición del sol cambia y los índices de radiación ultravioleta (UVI) disminuyen. Al contrario, en este artículo te contamos cómo afecta a tu piel el entorno sol y nieve.

 

El sol de verano y el sol de invierno

En verano, ya sabes, la irradiación es más fuerte. Eso se debe a la posición del Sol en relación con la de la Tierra. Se observan unos índices de radiación ultravioleta más altos, llegando a superar el nivel 8 que requiere protección extrema. Sin embargo, en invierno la posición del Sol y la Tierra cambia. No obstante, esto no significa que podamos bajar la guardia. Las radiaciones igualmente llegan a nuestra piel y penetran en ella.

Además, está demostrado que hay factores que influyen en la irradiación que nos llega desde el sol. Por ejemplo, la altitud es un elemento que puede aumentar la intensidad de la radiación UV entre un 5% y un 10% por cada km. Asimismo, superficies como el agua, la arena o la nieve reflejan los rayos solares. Por eso, es posible que estudios hayan detectado niveles de UVI más elevados en superficies montañosas cubiertas de nieve en los meses de abril-mayo que en zonas de interior más bajas (2, 6).

Las características de las radiaciones ultravioleta cambian con la nieve

 

Las características de sol y nieve

Pues sí: las características de las RUV cambian en un entorno de sol y nieve. AEMET alerta que existe un “factor de reflexión de hasta el 90% para nieve fresca, siendo menor para nieve más evolucionada” (2). Este fenómeno se denomina albedo, y como ves, depende de las características de la superficie. Además, su presencia aumenta la exposición solar de partes del cuerpo que generalmente no reciben irradiación.

Asimismo, ese entorno generalmente se produce en altitudes más elevadas donde el aire está más limpio. La presencia de gases y partículas en la atmósfera (contaminantes o polvo) pueden atenuar en un 20% la radiación solar en ciudades. En las montañas ese efecto desaparece. En consecuencia, estudios afirman que aquellas personas que viven en altitudes elevadas o practican deportes en montañas tienen un riesgo más elevado de tener melanoma. (6)

Efectos del sol y nieve en la piel

El efecto albedo que se produce en ambientes de sol y nieve puede hacer llegar las RUV a partes de tu cuerpo que generalmente no se exponen. En aquellas horas que el sol se aproxima a su punto más alto en el horizonte, por el ángulo del reflejo, las partes verticales, como es la cara, reciben una irradicación solar poco frecuente. (6)

Además, este efecto albedo hace llegar los rayos a zonas que generalmente están en sombra. Por ejemplo, la piel de la parte superior del cuello por debajo de la barbilla o la parte inferior de la nariz no está acostumbrada a la exposición solar. Por lo tanto, se deben extremar las formas de fotoprotección en la cara. Asimismo en los labios, puesto que a mayor exposición a las RUV hay una posibilidad más elevada de aparición de herpes labial (7).

Los deportistas de nieve necesitan extremar su protección solar

 

Deportes de invierno y sol y nieve

Varios estudios han demostrado que los esquiadores y snowboardistas confirman haberse quemado mientras practicaban deporte. Además, no recuerdan en específico campañas de fotoprotección dirigidas hacia ellos. Por lo tanto, se olvidan de aplicar las medidas preventivas frente a las radiaciones ultravioleta (1, 5). De esta forma se entiende por qué “esquiar ha resultado ser un riesgo para desarrollar carcinoma de células escamosas” (1).

Estos deportes en un entorno de sol y nieve, además, se suelen practicar en las horas centrales del día (12 h – 16 h) y en altitudes elevadas. Asimismo, el efecto albedo les afecta sobre todo partes de la cara y cabeza que no se cubren con la ropa. Un trabajo de 2006 que estudió las costumbres de protección solar de esquiadores demuestra que las mujeres están más concienciadas. Ellas utilizan crema solar para la cara y labios en mayor porcentaje que los hombres. (5)

 

Protección para sol y nieve

Si vas a hacer alguna actividad al aire libre en invierno, seguramente la manga larga es una de las medidas de fotoprotección que utilizarás sin problema. Ten en cuenta que la ropa es una de las mejores barreras. Por lo mismo, intenta utilizar un sombrero de ala ancha (7 cm) para aumentar la protección de tu cara. Si utilizas un gorro de lana que no cumpla esa función, cubre tu cara y los laterales con la bufanda o braga.

Además, si puedes, intenta evitar las horas de máxima irradiación para ir adquiriendo unos hábitos de exposición solar saludables. Para ello puedes consultar el UVI en varias aplicaciones en tu móvil o en la página de AEMET. Cada vez que el nivel de radiación ultravioleta sea superior a 3 debes empezar a emplear medidas de fotoprotección. Recuerda: si estás en un entorno de sol y nieve o de elevada altura los rayos solares que llegan a tu piel son más fuertes. Por lo tanto, a continuación te dejamos unas medidas más específicas.

Gafas de sol y nieve

La excesiva exposición solar puede causar daños oculares también. La radiación ultravioleta directa, y especialmente la reflejada por algunas superficies como el agua, la arena o la nieve, puede provocar enfermedades oculares como las cataratas. Estas “se producen cuando el cristalino «elemento óptico del ojo humano que permite la visión de objetos cercanos» pierde su transparencia.” (3)

Como ya se ha mencionado antes, con la presencia de sol y nieve se crea ese efecto albedo, reflejo de radiaciones. Sin embargo, con unas gafas de sol con protección UV y un alto nivel de filtración de la luz visible puedes proteger a tus ojos. Siempre ten en cuenta que las gafas tengan una montura que cubra gran parte de la cara y que tengan el sello CE. Con estas medidas puedes prevenir los factores ambientales que aumentan el riesgo de desarrollar cataratas (3).

Cremas solar y nieve

No practicar deportes en la nieve durante las horas centrales del día es una medida de fotoprotección poco factible. Además, tener todas las partes de la cabeza constantemente cubiertas puede resultar incómodo. Por lo tanto, para evitar los efectos vulnerables del sol y nieve, se recomienda particularmente el uso de protectores solares en la cara, cuello y orejas. (4) Como hemos mencionado antes, puedes mejorar la protección de tu cara utilizando un sombrero de ala ancha (7 cm).

Estas cremas deben ser de amplio espectro, es decir, actuar contra las radiaciones UVA y UVB. Asimismo, han de tener un factor de protección solar (FPS) superior a 30. Para su correcto funcionamiento tienes que aplicarte la crema 30 minutos antes de salir. Asimismo, igual que en todos los entornos en el de sol y nieve también, el fotoprotector se debe reaplicar cada 2 horas.

La importancia de protegerse en un entorno de sol y nieve es clave para mantener la salud de nuestra piel

Refuerza tu protección desde el interior

Para reforzar la protección de tu piel y prepararla para el entorno de sol y nieve puedes utilizar fotoprotección oral. Esto consiste en unas cápsulas de suplementos antioxidantes para inmunoproteger las células de la radiación ultravioleta. En la nieve, como anteriormente hemos mencionado, hay partes del cuerpo que se exponen a la irradiación refleja que generalmente no reciben sol directo.

Estas zonas de la piel, igual que toda tu cutis, pueden adquirir una protección más completa a través del uso de protección oral. Si tu piel en general se expone mucho al sol por hacer algún tipo de deporte o trabajar al aire libre, esta forma de fotoprotección sería lo ideal para ti. Cantabria Labs, patrocinador del Proyecto Soludable, dispone de productos de fotoprotección oral.

 

Referencias

1 – Moehrle, M. (2008). Outdoor sports and skin cancer. Clinics in dermatology, 26(1), 12-15.

2 – González, R., Buisán Sanz, S. T., Blasco Loureiro, A., Collado Aceituno, J. L., Alastrué Tierra, J. J., López Moreno, J. I., … & Díaz Rodríguez, A. M. (2017). El impacto de la presencia de nieve sobre la radiación ultravioleta. 

3 – Briones, S. B. (2014). NIEVE EN LAS PUPILAS. ACONTECIMIENTO. 113, 5.

4 – Rigel, E. G., Lebwohl, M. G., Rigel, A. C., & Rigel, D. S. (2003). Ultraviolet radiation in alpine skiing: magnitude of exposure and importance of regular protection. Archives of dermatology, 139(1), 60-62.

5 – Price, J., Ness, A., Leary, S., & Kennedy, C. (2006). Sun‐safety behaviors of skiers and snowboarders on the South Island of New Zealand. Journal of Cosmetic Dermatology, 5(1), 39-47.

6 – Serrano, M. A., Cañada, J., Moreno, J. C., & Valencia Solar Radiation Research Group. (2013). Erythemal ultraviolet solar radiation doses received by young skiers. Photochemical & Photobiological Sciences, 12, 1976-1983.

7 – Mills J, Hauer L, Gottlieb A, Dromgoole S, Spruance S. Recurrent herpes labialis in skiers. Clinical observations and effect of sunscreen. Am J Sports Med. 1987 Jan-Feb;15(1):76-8.

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