Luz infrarroja. La radiación infrarroja representa, aproximadamente, la mitad de la radiación solar que llega a la Tierra. Es una radiación electromagnética de baja energía y gran longitud de onda (800 y 1.000 nm). Los rayos IR proporcionan energía térmica, siendo los responsables de la sensación de calor cuando nos ponemos al Sol. Además, por su capacidad de penetrar en capas profundas de la piel, se ha conocido su implicación en procesos de envejecimiento cutáneo y fotocarcinogénesis.
Luz visible. Es la radiación sensible al ojo humano, abarca el intervalo espectral entre 400 y 700 nm, comprendiendo los diversos colores entre el violeta y el ojo. La radiación visible se denomina también radiación fotosintéticamente activa ya que es la utilizada por las plantas para realizar la fotosíntesis.
Luz ultravioleta o RUV es un tipo de radiación electromagnética que proviene de los rayos solares. La RUV representa el 7 % de la radiación solar que llega a la Tierra. Se caracteriza por una longitud de onda corta, entre los 100 y los 400 nanómetros (nm), siendo invisible para el ojo humano.
La cantidad de radiación ultravioleta que incide en la superficie terrestre varía dependiendo de diversos factores tales como:
El grosor de la capa de ozono – La localización geográfica – La altitud – la estación del año – La hora del día – La nubosidad del cielo – La reflexión del suelo