Una dieta sana y equilibrada, que proporcione los elementos antioxidantes apropiados en cantidad y variedad suficiente para amortiguar los efectos fotoxidativos ocasionados por las RUV, es un aliado perfecto para una fotoprotección eficaz. La dieta mediterránea es un paradigma de alimentación fotosaludable.
Algunos de los nutrientes que podemos encontrar en los alimentos con función antioxidante y fotoprotectora son los siguientes:
Vitamina E: Una de las consecuencias que las RUV tienen sobre nuestro organismo es la disminución de la vitamina E pero a través de fuentes naturales de alimentación, como son el aceite vegetal y de girasol, frutos secos y productos lácteos, podemos aumentar su cantidad en nuestro organismo. Estudios científicos han demostrado que la vitamina E tiene entre sus propiedades puede inactivar los radicales libres, de modo que aplicada sobre la piel o tras su ingesta podemos reducir el daño solar, disminuir el fotoenvejecimiento, mejorar la apariencia y textura de la piel y disminuir arrugas y líneas de expresión.
Vitamina C: Esta vitamina contiene un potente efecto antioxidante que evita que se produzca una acumulación de radicales libres. Otro de sus beneficios es que interviene en la formación de colágeno, lo cual nos ayudará a fotoprotegernos dado que la exposición a las RUV reduce la producción de esta proteína por lo que minimiza su propiedad de proteger a la piel de las agresiones externas gracias a la elastina y la firmeza que le proporciona a la piel. A través de la ingesta de alimentos ricos en Vitamina C como las frutas (en especial las frutas cítricas) y verduras (además de la coliflor se ha de destacar a las verduras de hojas verdes en este propósito) conseguiremos ayudar a nuestra piel a recuperar su efecto protector frente a las radiaciones ultravioletas, reactivar los mecanismos antioxidantes, equilibrar la respuesta inflamatoria de nuestro organismo y su actividad apoptótica.
Betacarotenos: Se tratan de nutrientes precursores de la Vitamina A que ayudan a proteger a nuestra piel de las RUV y mantenerla sana dado que absorben gran parte de las radiaciones ultravioletas gracias al aporte de caroteniodes que hacen a nuestro sistema, evitando la formación de radicales libres. Podemos obtener este nutriente de verduras y hortalizas como los pimientos, calabazas o zanahorias y de frutas como el albaricoque, melocotón o papaya.
Coenzima Q-10: Es un nutriente que contiene nuestra piel rico en antioxidante, en cambio es muy vulnerable a las RUV, por lo que una exposición prolongada a éstas hace que se corra el riesgo de degradarse. Por ello es importante tomar alimentos que sean ricos en Q10 como el marisco, pescado, nueces o las espinacas, para aportar de nuevo la protección que nuestra piel necesita.
Resveratrol: Consiste en un polifenol que protege al organismo dado que impide que se produzca una oxidación del tejido celular, al tiempo que nos protege de los radicales libres y evita que surjan quemaduras solares, manchas en el tejido cutáneo o aparición de arrugas. Las uvas y moras son ricas en resveratrol.
Catequinas y polifenoles: Son sustancias que nuevamente reducen la aparición de radicales libres, con lo cual nos benefician al reducir el envejecimiento de nuestra piel y minimizando los daños producidos por las radiaciones ultravioletas al absorber parte de ellos. Podemos encontrar estas sustancias en alimentos como los melocotones, albaricoques o el té.